Desde la sedentarización del hombre la tierra y el agua han sido los principales motores de conflicto.
Las guerras más sangrientas han sido disputadas -y siguen siéndolo-


De allí se desprenden las numerosas legislaciones en torno a su uso y propiedad. En Argentina el Código Civil– que versa sobre las relaciones entre personas, bienes, sucesiones, obligaciones y contratos- encierra en su articulo 2.340 a los ríos y lagos navegables dentro del concepto de bienes públicos. Esto significa que pueden ser utilizados por todos los habitantes en general y que su finalidad misma es servir al acceso, uso y goce por parte de los mismos. Además, los bienes públicos no pueden ser comprados, ni vendidos, ni transferidos.
El fenómeno de los grandes latifundios parece no haberse quedado en la edad media. Anacrónica y sin pudor
alguno, la realidad en la Argentina muestra que las tierras se concentran cada vez en menor cantidad de manos: el 1,3 % de los propietarios posee el 43% de la superficie, según datos del Censo Nacional Agropecuario del 2002.

Y el problema que esto suscita, más allá de las discusiones ideológicas, es que en esas monumentales propiedades quedan envueltos ríos y lagos. Se supone que esto debería solucionarse simplemente según el articulo 2639 del ya citado código que dispone que “los propietarios limítrofes con los ríos o con canales que sirven a la comunicación por agua, están obligados a dejar una calle o camino público de treinta y cinco metros hasta la orilla del río, o del canal, sin ninguna indemnización”.

Vecinos y organizaciones sociales diversas realizan campañas, denuncias, marchas y escraches; y el ciberespacio esta lleno de notas y textos que ilustran en palabras estas denuncias.
Douglas Tompkins, dueño denumerosas hectáreas en la Patagonia y en losEsteros del Iberá- provincia de Corrientes-, es uno de los
supuestos acusados. Por citar un ejemplo, el ex funcionario de la Subsecretaría de Tierras para el Hábitat Social del gobierno de Néstor Kirchner y famoso piquetero, Luis D´elia, protagonizó una protesta y cortó los alambrados de acceso al campo del empresario en la provincia litoraleña.

El escándalo sobrevuela también en torno a dos propiedades de Ted Turner – el fundador de la cadena CNN y ex vicepresidente de la empresa AOL Time Warner-: la estancia La primavera, ubicada dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, y la estancia Collón Cura.

La estancia Collón Cura no se queda atrás. Las quejas son las mismas: maltrato, restricción del acceso al río y sus costas, guardias armados…
Las denuncias también se acumulan alrededor de las propiedad de 14.000 hectáreas de Joseph Lewis. El principal problema es que
numerosos vecinos denuncian una supuesta restricción delingreso al Lago Escondido por la propiedad.

Otro punto neurálgico de disputas es lazona del lago Lolog donde algunos propietarios construyeron paredones y muelles privados. En esta zona la tierra aún tiene un tinte carmín. Es que allí, hace casi unos tres años, un grupo de tres amigos decidieron acampar y pescar. Se asentaron en la costa del lago, cerca de las nacientes del río Quilquihuey. Pero en medio de un episodio- según algunos confuso y según otros demasiado claro- uno de ellos, Cristian González, fue asesinado por un guardaparque.

Como afirma la Agencia de Noticias de la CTA parece ser que “la realidad muestra que para transitar la costa del río hay que esquivar alambres y andar atento, porque si te encuentran pescando, a lo mejor te matan, como le pasó a Cristian Gonzáles, que cometió el delito de querer pescar en un el Río Quilquihue en Agosto del 2006”.